martes, 10 de junio de 2014

El Taller.

Ya os había contado varias veces que El Taller no tenía un espacio físico real en el que desarrollarse. Al principio empezó siendo la mesa de la cocina, con el inconveniente de tener que trasladar los materiales de un lado a otro. Pero a medida que ha ido creciendo, era cada vez más complicado. Tenía las cosas de costura colonizando la mesa de comedor, material de manualidades desperdigado por toda la casa, y la otra zona de trabajo, donde tenía el PC, convertida en un trastero imposible en el que daba hasta miedo entrar. En fin, ya lo veis.


Era una pena tener esa habitación de la casa desaprovechada y no tener una zona de trabajo en condiciones. Como tengo un novio que no me lo merezco y además es un manitas, se puso en plan "esto con unas encimeras y cuatro cosas lo arreglo en un momento" y dicho y hecho.


 Poco a poco el proyecto fue tomando forma. La pena fue que me trajeron mal una de las cajoneras y tuve que esperar casi un mes para terminar, pero mientras fui colocando las cosas de más uso para volver a estar operativa cuanto antes (no sabéis que fin de semana mas malo pasé sin PC, menos mal que tenía el móvil).


La decoración ya era cosa mía, tenía que poner un visillo bonito en esa ventana y añadir detalles especiales.


Por fin tenía un sitio donde colocar los fieltros y telas sin que estuvieran en bolsas por el suelo.


Los armarios son distintos porque uno lo tenía ya de antes. En las puertas he puesto estas pegatinas de mariposas.


Dan un toque de color frente a tanto blanco.


Y en las estanterías he seguido con la temática mariposa y unos washi tapes.


También he puesto washis en las cajoneras. Así quedan mucho más alegres.


Entre todos los trastos que reaparecieron durante la limpieza, estaba este cabás que llevaba mi madre al colegio. Es vintage, vintage.


Esta pared es la que veo cuando os escribo. Los poster Beatles me acompañan desde la adolescencia. El abecedario lo hice cuando me mudé a esta casa y tiene la fecha de cuando me dieron las llaves. Y siempre había querido tener un corcho de esos para poner cosas. El dibujo lo hizo mi hijo mayor con 3 o 4 años.


Esta otra pared he decidido dedicarla a dibujos y fotos de los niños. El pequeño aun no dibuja, pero poco a poco la iré llenando.


Y la zona de costura ha quedado así. Como veis, una zona de mucho trabajo.


Ahora da gusto entrar en esta habitación, se ha convertido en mi lugar favorito de la casa. No podían faltar las hadas (ya sabéis que las colecciono), el maletín de cartón que veis abajo a la izquierda me lo regaló mi novio solo porque me gustan las hadas jajajaja. Es de Zara Home (que no me patrocina, pero deberían).


En la pared que quedaba libre he puesto esta pizarra para que me haga compañía mi hijo pequeño, cuando ya sea capaz de dibujar en ella jajaja. Así podré tenerlo cerca mientras coso o miro el facebook. Tengo que inventar algo para que pueda dejar las tizas.


Y desde la ventana tengo esta vista tan verde y refrescante. El arbolito es un lilo que en primavera me da unas flores preciosas.


Ahora estoy encantada con todo recogido y un espacio limpio y práctico donde trabajar. Además he hecho limpieza y me he librado de muchas cosas que ya no necesitaba, así que el beneficio ha sido aun mayor. Vamos, ¡que me pasaría aquí todo el día haciendo cosas!

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