lunes, 29 de julio de 2013

Un toque de blanco.

Hace unos días os comenté que le estaba dando un nuevo aire a mi casa, en concreto a los muebles de forja que tengo en la entrada. Y es que me había cansado de verlos así, tan oscuros, tan negros, tan apagados...


 Parece increíble lo que un bote de pintura blanca puede conseguir.


 Mucho mejor así ¿verdad? ¿Qué os parece? El farolillo hasta parece que da mas luz.



 Pinté también el colgador de las llaves que tengo detrás de la puerta, para que no desentonara con el resto. No he dado imprimación ni nada, directamente la pintura sobre la madera. Así queda con pequeños defectos que hacen que siga teniendo su toque rústico.


Para los marcos de los cuadros decidí pintar solo dos, y el resto dejarlos en su color original, para romper un poco la monotonía del blanco.


También rompe la monotonía del blanco el toque de color que lleva el vacía-bolsillos que os enseñé el otro día. Los baúles también van sin imprimación como el colgador de llaves, para seguir con el efecto rústico.


En el espejo ahora me veo mas luminosa cuando me miro antes de salir.


Aunque lo que más me gusta es como ha quedado la mesita con los baúles.


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