jueves, 11 de abril de 2013

Antibióticos.


Por definición, un antibiótico sería cualquier agente capaz de destruir la vida. En medicina esta definición es menos amplia, y la palabra antibiótico se restringe a aquella sustancia química, de origen natural o sintético, capaz de acabar con los procesos infecciosos producidos por bacterias

En origen, los antibióticos son producidos por las propias bacterias para eliminar del entorno bacterias competidoras de otras especies. También hay antibióticos producidos por plantas, hongos y sintetizados en el laboratorio.

Según la cantidad de especies que sea capaz de atacar el antibiótico, podemos hablar de antibióticos de amplio espectro (cuando afectan a un número elevado de gérmenes) o de espectro reducido (cuando se restringe a una o pocas especies).

Un antibiótico puede ser:
  • Bactericida: cuando mata a las bacterias causantes de la infección.
  • Bacteriostático: cuando impide el crecimiento de la población de bacterias, sin llegar a matarlas. En la práctica son eficaces puesto que la población termina desapareciendo al no poder reproducirse.


Esto se debe a que los antibióticos tienen distintas formas de actuar. Pueden atacar la pared bacteriana, la membrana, o actuar sobre ADN, ARN o ribosomas, causando por tanto diferentes efectos en la vitalidad de la bacteria.

Y ahora viene la parte a la que quería llegar: Si la enfermedad está causada por un virus o cualquier otra cosa que no sea una bacteria, los antibióticos no sirven para nada. Es más, el uso inadecuado de antibióticos causa más problemas que beneficios, puesto que aumenta la probabilidad de que las bacterias se hagan resistentes a ellos y dejen de funcionar.  La resistencia a antibióticos se produce por la enorme capacidad de adaptación que tienen las bacterias a su entorno. La consecuencia más grave es que los antibióticos disponibles actualmente dejan de ser eficaces, y surgen nuevos brotes de enfermedades cada vez más difíciles de combatir.

¿Qué debemos hacer para utilizar los antibióticos correctamente?

  • Los antibióticos solo deben ser utilizados si los ha prescrito el médico (con la correspondiente receta). Él elegirá cual es el más adecuado para el tipo de infección que presentemos, o nos mandará otra cosa si el antibiótico es innecesario.
  •  Aunque notemos mejoría, hay que terminar siempre el tratamiento y seguirlo al pie de la letra. Si hay que tomar el antibiótico cada 8 horas durante 7 días, se hace. Esto es así porque, para que el antibiótico sea eficaz, se requiere que el 100% de las bacterias infecciosas sean erradicadas. Si un pequeño número de ellas consigue sobrevivir, volverán a reproducirse (reinfectando y haciéndonos enfermar de nuevo) y además se habrán hecho resistentes al antibiótico que utilizamos. Además corremos el riesgo de propagar la enfermedad a otras personas, multiplicando el número de bacterias resistentes, con los problemas que ello conlleva.


Los medicamentos están para ayudarnos, y un uso correcto de ellos me parece fundamental, tanto por el bien de nuestra salud como por la de los demás.

Como siempre, os dejo enlaces con información sobre el tema. El artículo de wikipedia he de decir que no me lo he leído entero y no sé si contiene alguna incorrección, así que os dejo alguno más para contrastar información.



2 comentarios:

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